domingo, 30 de noviembre de 2008

Cosas que hay en Bruselas...


(y que antes sólo había visto en las películas)



- camiones de helados.





Son camionetas que en verano venden helados. Se colocan en sitios estratégicos como la entrada de los parques o la puerta de los colegios. Y cuando van por la calle llevan ponen una musiquita para que todo el mundo sepa que hay helados a la vista y los puedes parar para comprar uno. En invierno suelen vender gofres bien calentitos.



- "sopladores" de hojas


El ayuntamiento contrata en otoño a empleados empleados que se dedican a quitar las hojas de las aceras con máquinas que echan aire. Las dejan todas en un lado de la calle y luego las recogen.




- tranvías, muchos tranvías






- muchos parques y con paisajes variados


Algunos son verdaderos bosques, otros tienen lagos, otros tienen jardines de estilo inglés, los hay para todos los gustos


- una "playa" artificial en verano, al borde del canal.

- un mercado de navidad con una noria gigante y unas barracas de época para los niños






- vistas inesperadas dentro de la ciudad, cerquísma del centro

Después de ocho años, Bruselas no deja de sorprenderme.

He cogido algunas fotos de flickr, la del "carrito de los helados" de Stef, las del tram de chamberland y vytalizator.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Vamos a la cama que hay que descansar



El sueño. Qué fácil y tan complicado a la vez.


A mis hijos les hemos tenido que enseñar a dormir. Oihan de recién nacido no dormía nada, fue horrible hasta que cumplió los seis meses. Era imposible hacerle dormir, ni de día ni de noche. Se podía tirar horas llorando sin parar porque además ni siquiera los brazos le calmaban, y eso de tener un bebé llorando en brazos no es muy agradable. No le pasaba nada, pero lloraba muchísimo y era desesperante, incluso para los amigos que venían a visitarnos. No había nada que hacer, lloraba en brazos, paseando, en su cuna, en su hamaquita... Por supuesto tenía momentos en los que estaba bien después de haber recuperado con unos minutos de sueño, pero en cuanto se cansaba era incapaz de coger el sueño y nosotros muchas veces no éramos capaces de ayudarle a dormir. Así que no nos quedaba otro remedio que dejarle llorar e ir de vez en cuando a intentar calmarle. Con seis meses cogió el chupete y milagro!!! O. empezó a dormir bien.

Después vino la época en la que se despertaba pronto y teníamos que buscar formas de que se entretuviera él solo. Con dos años se levantaba a veces a las seis de la mañana y le decíamos que o se volvía a dormir o podía leer libros, pero nosotros no nos levantábamos. Nuestra habitación estaba el lado de la suya y oíamos lo que hacía a pesar de hacernos los dormidos. La mayoría de las veces cuando nosotros nos levantábamos más tarde nos lo encontrábamos así, creo que el aburrimiento podía con él.




Ahora O. duerme de maravilla, como un tronco, como dice él. No le despierta nada y nunca se levanta antes de las 7:30 - 8:00 los fines de semana. Se lo tenemos prohibido ;-)


Con Maite todo fue muy bien hasta los cinco meses, dormía de maravilla, aunque durante el día sus siestas nunca duraban más de 20 minutos o media hora. De repente la cosa cambió y era cada vez más difícil hacerle dormir. Lloraba para dormirse y se despertaba llorando por la mañana, además se despertaba muchas veces durante la noche y estábamos agotados. Un auténtico calvario para nosotros. Estuvimos pensando en llevarla al osteópata pero tampoco me apetecía empezar con médicos y lo fui dejando. Creo que el problema con M. fue que se acostumbró a dormirse en brazos y cuando se despertaba por la noche se sentía perdida, pero no encontrábamos la manera de que se durmiera ella sola en la cama. Finalmente con un año y medio la cosa empezó a mejorar.


En los dos casos hemos sido constantes y a pesar de que a veces al oirles llorar nos habría apetecido irnos con ellos a su cama o traerlos a la nuestra para que se calmaran hemos preferido seguir con nuestro plan para que tuvieran claro que cada uno duerme en su habitación y que tenían que acostumbrarse a eso. Las únicas excepciones han sido cuando han estado enfermos. M. todavía intenta "engañarnos" y nos pide que la saquemos de la cuna cuando llega la hora de dormir (sobre todo a mí porque sabe que yo soy más vulnerable), pero le explicamos todo bien y suele funcionar, aunque a veces tengo que enfadarme con ella si al día siguiente tiene cole y no quiere dormir. Sé que si le hago caso y la cojo, va a querer más brazos y no va a dormirse en su cama. Sin embargo, para las siestas, sí que a veces le dejamos que se duerma en brazos y suele acabar como en la foto.


No ha sido fácil pero creo que ha merecido la pena porque ahora duermen los dos la noche entera sin problemas y por las mañanas no se suelen despertar pronto. El único "truco" que usamos es ponerles música que ellos mismos eligen. Es muy importante que los niños duerman bien para que estén en forma todo el día.

A M. ya no le gusta el cole

M. fue encantada al cole la primera semana. Iba orgullosa con su mochila, no lloraba cuando la dejábamos en clase, venía contentísima y nos contaba todo lo que había hecho durante el día. Lo único que llevaba un poco peor eran las comidas (no comía demasiado en el cole) y la siesta (a M. nunca le he gustado dormir). Me parecía increíble que el cambio fuera tan bien, pero desgraciadamente la cosa ha cambiado.
Este martes, justo una semana después de haber empezado, nos dijeron que se había pasado el día llorando, no comió nada y no paraba de llamar a su hermano. O. y M. se ven en el patio y cuando las clases terminan a las 15:35 están juntos en la guardería. O. es sobreprotector con su hermanita y al parecer no se separa de ella. Le llevábamos una semana diciendo que ella ya es grande y puede hacer muchas cosas sola, pero no lo puede evitar, O. quiere ayudarla con todo y ella no se despega de él. Supongo que M. se ha dado cuenta de que O. hace su vida en el cole y no puede estar todo el rato con ella y de ahí su cambio de actitud. Lo curioso es que M. quiere ir al cole, quiere a su profe... pero no quiere estar sin nadie conocido allí. Normal, pero por qué este cambio después de una semana? A mí se me parte el corazón al verla llorando por la ventana. Espero que cambie pronto y vuelva todo a ser como la semana pasada.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Vamos al cole

Así van los hermanitos todas las mañanas al cole y así serán durante mucho tiempo nuestras mañanas.

NIEVA




viernes, 21 de noviembre de 2008

HARTA

- de este mes de noviembre lluvioso y gris que parece no tener fin.

- de pasarme las horas en la sala de espera de las consultas del hospital por culpa de las bronquitis, otitis, verrugas plantares, gripes y demás. A eso súmale las visitas al ortodoncista.

- de tener que repetir las cosas a mis hijos mil veces para que me hagan caso. No he encontrado la manera de decirlo una vez en el tono adecuado y ya, sé que es posible, así que no cejo en el empeño.

- de trabajar sola y no tener a nadie con quien charlar un ratito todos los días. Mi vida diaria se limita a cuatro personas + conexiones virtuales, pero quiero/necesito gente real con la que hablar todos los días!!

- de recurrir a la comida cuando las cosas no van bien. De no tener la voluntad de parar y elegir las opciones más sanas en lugar de comer guarradas. Ya no me vale la excusa "es más fácil"

- de dormirme en el sofá de cansancio y no poder dormir cuando me acuesto en la cama. De que suene el despertador todos los días demasiado pronto.

- de no saber qué hacer cuando pierdo el control, cuando las cosas me sobrepasan tardo demasiado en reaccionar y ya es tarde cuando quiero hacer algo para remediarlo.

- de ir al supermercado y ver que cada vez gasto más (lo que no significa que compre más)

- de la gente desagradable a la que le cuesta regalarte una sonrisa. Sonreir es gratis y nos hace bien a todos.

Y de otras muchas cosas de las que ahora no me acuerdo, pero que recordaré en cuanto haga clic en "Publish"

martes, 18 de noviembre de 2008

Primeras veces con los segundos

Ya está, Maite es una chica grande y ya va al cole. No ha llorado ni siquiera un poquito. Cuando me he dado la vuelta estaba contando a su profesora que había llevado los sandwiches en una caja (lunchera, como en España no se usan no tenemos nombre para eso) de Dora y quería ir a jugar con los demás. Nos ha dicho adiós por la ventana y ya!! Amatxu tampoco ha llorado ;-)
Hemos ido los cuatro al cole y M. estaba contenta, decía que iba "à l'école d'Oihan". Al llegar O. le ha preguntado si tenía que hacer pipi y la ha llevado a un baño que tiene un Mickey dibujado y claro, M. encantada. Después han estado jugando un rato con otros niños y O. se ha ido a su clase y M. a la suya. Hemos visto las camillas en las que echan la siesta y hemos dejado su mantita y su cojín para luego y hemos entrado en clase donde estaban todos los juguetes!!!
M. ya conocía el colegio porque vamos a buscar a O. juntas bastante a menudo, ya había visto a su profesora y el otro día pasamos una horita en la clase para que nos presentaran a sus "compis". Para ella no la dejábamos en un lugar desconocido y además en el patio va a ver a su hermanito.
He estado pensando lo diferente que es la sensación después de dejar a M. en el cole por primera vez si lo comparo con el primer día de colegio de O. Yo estaba mucho más nerviosa porque dejaba a mi hijo rodeado de gente que no conocía, en un colegio desconocido y sin saber lo que haría todo el día. Oihan lloró muchísimo al despedirnos por la ventana y a mí se me partió el corazón y, con lo llorona que soy, no pude evitar derramar alguna lagrimita (sin que O. me viera claro, era lo que le faltaba el pobre). Sin embargo hoy conozco el colegio, sé que si tiene algún problema su hermano estará cerca para ayudarle y O. me ha prometido vigilar que se come todo. Supongo que es la combinación de que conozco el colegio y que los dos hermanos se llevan pocos años de diferencia (menos de tres) lo que me permite estar más tranquila.
Esta sensación de tranquilidad con respecto a las primeras veces la tengo desde el embarazo. Ya conocía las sensaciones del embarazo de O. y me preocupaba menos si sentía algo "raro".
Con la primera enfermedad fue lo mismo. M. estuvo ingresada en el hospital por una bronquitis con 6 meses y no me puse tan nerviosa como la primera (y única) vez que tuvieron que ingresar a O. por un problema en la muñeca causado por un virus.
Primer día de guardería, igual, me quedé muy tranquila dejando a mi hija en manos de las tatas. Ya las conocía por cómo habían tratado a O. El último día de guardería ha sido otra cosa, ahí si que se me saltaban las lágrimas, a ellas también y M. nos miraba con cara rara.
No sé si soy la única madre que tiene esta sensación, pero yo me tomo todo con más tranquilidad con el segundo hijo. Supongo que si se llevaran más diferencia de edad habría sido para mí como volver a empezar cada vez, pero aquí todo se sigue y tengo todavía muy fresco el recuerdo del primer día de colegio de O. y no se parece en nada al primer día de M. Veremos qué nos cuenta la peque esta tarde.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Googleando


Ayer muy aburrida se me ocurrió poner el nombre de mi abuela en Google y me apareció una foto en la que sale ella con otras muchas chicas cuando tenía entre diez y quince años.

Todavía le estoy dando vueltas a que se me tendría que haber ocurrido esto hace unos meses para habérsela enseñado y así me hubiera contado la historia de la foto. Ahora es demasiado tarde y ando con pena.

sábado, 15 de noviembre de 2008

NOWANN

Hoy he elegido un peluche de Maite para que lo lleve al cole para la siesta. Todos los niños tienen un doudou allí, así que he cogido uno que ella usaba de recién nacida al que ahora no le hace demasiado caso. Le he explicado para qué era y le he pedido que le ponga un nombre. Ella me ha dicho muy convencida "NOWANN" y yo me he quedado pensando porqué había elegido ese nombre. Después cuando le hemos dicho a O. cómo se llamaba el peluche O. ha dicho: "claro, como la canción" y ha empezado a cantar. M. enseguida le ha hecho coro.
Así que a M. le gusta tanto Alicia Keys que le pone a su muñeca el nombre de una de sus canciones. Sé que a mis hijos les encanta la música pero hoy me han sorprendido ;-)

viernes, 14 de noviembre de 2008

Fin de una etapa

El lunes es el último día de guardería para Maite. Cerramos así una etapa importante en su vida, pero también en la nuestra.
Hace unos cinco años estábamos un poco desesperados porque yo había vuelto a trabajar y no encontrábamos guardería para Oihan. Afortunadamente por aquel entonces X. trabajaba en casa así que podía ocuparse del peque mientras yo estaba fuera trabajando. Sin embargo teníamos que buscar una solución rápidamente. Ninguna de las guarderías que habíamos vistado nos convencía y, de todos modos, todas tenían lista de espera. En una de estas guarderías nos dijeron que justamente acaban de abrir otra cerca de nuestra casa y ahí nos fuimos. Visitamos la guarde y aunque las instalaciones no eran ninguna maravilla nos cautivó la simpatía de la dueña, Meriem, y las chicas parecían muy simpáticas también. A O. también le cayeron muy bien porque les sonrió enseguida. El caso es que como era una guarde que acababa de abrir tenía plazas libres y estaba al lado de casa, qué más podíamos pedir? Oihan empezó a ir allí todos los días un ratito hasta que al final fue a jornada completa. Allí recibió muchísimo amor, aprendió muchísimas cosas e hizo buenos amigos (todavía conserva uno de esos amigos que espero que le dure toda la vida). Cuando empezó al cole yo ya estaba embarazada de Maite y ni siquiera nos despedimos de las chicas, volvimos unos meses después. Cuando le tocó el turno a Maite me quedé muy tranquila dejando a Maite con las "tatas", a pesar de que Maite se negaba a beber el bibe, ellas se lo daban "a chupito" si era necesario o me llamaban para que fuera a darle el pecho cuando veían que era necesario, poco a poco M. cogió confianza y es allí donde ella está contenta, la guarde es su territorio y allí tiene a su amiguita Sarah (que además es hija de Meriem) a la que no para de dar besos.
Con las chicas de la guarde hemos vivido embarazos, rupturas, reconciliaciones, fallecimientos de seres queridos, hemos llorado y hemos reído. Hemos visto como los bebés que llegaban con tres meses iban creciendo y se convertían en personitas independientes. A mí me gustaba ir siempre con tiempo para que me contaran qué tal había ido el día, las travesuras de los enanos, las penas y alegrías de las chicas y yo también les contaba todo, aunque a veces ni siquiera necesitaba hablar, me lo veían en la cara.
Sé que ellas estarán siempre ahí y que podremos ir a vistarlas de vez en cuando, pero ya no será lo mismo. Maite es una chica grande y empieza a ir al colegio el martes, pero siempre recordaremos a las tatas que han mimado a M. y O. como si fueran sus propios hijos, que les daban cariño cuando lo necesitaban, que les hacían comiditas caseras riquísimas, que les regalaban cosas porque sí y que les daban chuches bastante a menudo (de hecho O. cuando vamos a buscar a M. suele decir "por favor, me das un caramelo?" y claro, siempre sale con algo). Aquí estoy como una tonta llorando pensando que mi peque se hace mayor pero también porque es una despedida.
Merci Meriem, Stéphanie, Samira et Naima

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Odio la informática

Cuando tuve la asignatura de informática por primera vez en el colegio la odiaba con toda mi alma. El profesor era horrible, sabría mucho de ordenadores, pero no tenía ni idea de dar clase y lo único que hacía era dar miedo a los alumnos que íbamos a la sala de informática como si fuésemos al paredón, temblando. Además el aula era tétrica . Yo no entendía nada de lo que me explicaban.
Más tarde, en mi año de Erasmus en Francia descubrí internet y me reconcilié con los ordenadores, me parecía increíble la de oportunidades que se abrían ante mí frente a una pantillita.
Mi relación con los ordenadores ha ido evolucionando con los años hasta el punto de que ahora forman parte de mi vida y no podría vivir sin ellos, sin embargo, todavía no he conseguido descrifrar los misterios que los rodean y soy feliz con un ordenador que funciona sin más, pero en cuanto empiezan a dar problemas, me veo en la clase de informática cuando tenía 15 años y me pongo a temblar.
Hacía ya mucho tiempo que no tenía problemas con estas maquinitas, había olvidado aquellos tiempos en los que perdía un trabajo o una traducción porque el ordenador simplemente se quedaba colgado, pero llevo algo más de una semana que sería mejor olvidar, y todo porque me había propuesto poder trabajar en las mejores condiciones desde casa si fuera necesario. Pero está visto que si un ordenador funciona no hay que molestarle porque se rebela. El caso es que hoy he vuelto a la oficina después de cinco días y mi ordenador ni siquiera se enciende, un virus, supongo, no recibo e-mails ("your mailbox is over quota", me encanta este mensaje) me he tenido que instalar en otro ordenador en el que no funcionan los programas que uso en el trabajo. Así que estoy de un genio!!! Qué pérdida de tiempo, ahora a borrar e-mails como una loca. Por qué estás cosas pasan siempre en el momento más inoportuno?

sábado, 8 de noviembre de 2008

Mis anillos?

Siempre llevo puestos tres anillos, sólo me los quito para fregar y algunas veces para hacer deporte. Ayer me los iba a poner para ir a París y no los encontré en la esquina de la encimera donde siempre los dejo al quitármelos para fregar. Se me pasó por la cabeza que Maite los podía haber cogido, pero no tenía tiempo para averiguarlo así que me fui sin anillos y mande un SMS a X. para ver si los había visto. Nada.
Por la noche, una vez que los niños estaban en la cama los busqué y encontré dos en un quemador de esencias, estaba claro que era obra de Maite. Últimamente le gusta sentarse en la encimera de la cocina mientras cocinamos, o preparamos algo y claro, lo tiene que tocar todo. Pero dónde estaba el tercer anillo? Ya había mirado en el tostador y en la cafetera, pero no lo veía por ninguna parte así que agité el tostador y... escuche un ruido sospechoso. El anillo estaba dentro!!! X. consiguió sacarlo después de agitar mucho el tostador y de terminar por empujarlo con un destornillador, estaba bien enganchado. Este pobre anillo está pasando por pruebas peligrosas, en un hotel en Canadá se me cayó por el desagüe del lavabo y tuvo que venir un fontanero a sacarlo. Me dijo que era algo que tenía que hacer a menudo así que parece que los anillos acaban en sitios raros, pero tanto como el tostador? Ideas de M., creo que no volveré a dejar los anilos al alcance de su mano.

PARIS


Notre Dame


Bateau mouche



Alguien sabe qué torre es esta? No recordaba haberla visto en ninguna de mis anteriores visitas a París.



Fontaine de St Michel






Entrada de metro

Misterio resuelto, estuve en París, una hora y veinte minutos en TGV. Viaje sin percances ni aventuras ;-)

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Oihan dice

Mientras cenábamos O. nos contaba algo que no conseguíamos entender, hablaba de de caballeros, pirámides, dibujos y cosas que habían pasado "antes de que hemos nacido". De repente a X. se le ocurrió que estaba hablando de una línea del tiempo y claro, hablaba de los egipcios y los caballeros en la Edad Media, todo eso ocurrió antes de que nacieramos. De ahí hemos pasado a contar quién nació antes y el propio O. ha dicho: "Yo nací antes que M." y le hemos preguntado si se acordaba de cuando M. no había nacido todavía, cuando no tenía hermanita y nos ha contestado muy serio "Oui, toutes ces années je les regarde dans ma tête" (sí, todos esos años los veo en mi cabeza). Claro, así funcionan los recuerdos en la cabeza de los peques, como imágenes que pasan ;-)

Mañana me voy de nuevo, espero sacar alguna foto porque el destino es una ciudad de ensueño, preciosa y que se deja fotografiar, pero pasaré allí sólo unas horas y vuelta a casa, aunque en diciembre me tocará volver con algo más de tiempo.

Cómo cambia la vida

Mis hijos tienen 5 y 2 años y hasta hace poco cada vez que salía y les dejaba "solos" no podía evitar sentirme culpable. Era un sentimiento extraño porque los peques se quedaban con su padre o algún familiar o buen amigo a lo sumo con una babysitter de confianza y no parecían echarme de menos, más bien yo diría que se alegraban del cambio, pero yo me sentía mal por dedicarme algo de tiempo a mí misma en lugar de pasarlo con ellos.

Esto me impedía disfrutar de las pocas salidas con amigos o con X. Lo peor era cuando por alguna razón me ausentaba y dejaba a los niños con su padre, me sentía culpable por dejar a X. solo con ellos y que tuviera que encargarse él de todo (siendo uno siempre es más pesado) y eso que a él le encanta cuando me voy y puede hacer cosas "especiales" con ellos. Por ejemplo, mientras yo estaba en Amsterdam subieron los tres al Atomium, cumpliendo así un sueño de O. que tenía muchísmias ganas de ver todo Bruselas desde ahí arriba.

Sin embargo desde hace un par de meses la cosa está cambiando y estoy volviendo a hacer cosas sola, me he apuntado a un coro que requiere algo de tiempo para ensayos, conciertos y demás, voy al gimnasio tres veces por semana e intento quedar con alguna amiga más a menudo. Además últimamente me ausento más de casa por trabajo. X. por su parte también tiene sus hobbies y cuando coincidimos llamamos a alguien para que nos cuide a los peques (cosa que pasa como muuuucho una vez al mes). El siguiente paso será dedicar más tiempo para nosotros como pareja, queremos escaparnos un fin de semana los dos juntos, pero encontrar a alguien que nos cuide a los dos niños varios días es muy difícil, así que seguiremos haciendo planes y esperando.

martes, 4 de noviembre de 2008

Vaga

Aquí estoy con mi nuevo ordenador leyendo blogs (por cierto, parece que hay una "plaga" de privatizaciones) con la tele puesta mientras el pobre X. trabaja en su despacho.
Tengo ganas de ir a dormir pero no me apetece ir sola a la cama así que me conecto a messenger y le pregunto si le falta mucho... los avances de la técnica. Además así evito hacer ruido y que la peque que todo lo oye se despierte.

domingo, 2 de noviembre de 2008

El viaje de vuelta

Me habéis pedido que os cuente la anécdota del viaje de vuelta, la verdad es que tampoco fue para tanto, una pequeña aventurilla, el viaje duró un poco más de lo esperado, tendría que haber llegado a Bruselas a las ocho y media y al final llegué a las diez.
Para empezar el tren venía llenísimo y nos tocó ir de pie, yo estaba deseando poder sentarme para poder acabar de leer mi libro, pero nada. De repente el tren dió un frenazo y dijeron por los altavoces que la gente que iba a Rotterdam podía bajarse y coger otro tren, los demás teníamos que esperar, pero no sabian decirnos cuánto tiempo ni qué había pasado. Así que ahí estuvimos parados durante casi una hora, sin luz en el vagón durante mucho rato. Con el aburrimiento se hacen muchas amistades y acabé hablando con tres húngaros (los que participaban en el desafío de Red Bull), una chica de Costa Rica que estaba de viaje por Europa y una señora francesa con sus dos hijas belgas. Los húngaros nos contaron su aventura, llevaban 6 días viajando por Europa sin dinero y con sus sonrisa, su buen humor y las latas de Red Bull habían dormido y comido gratis sin "casi" ningún problema, hasta los revisores de los trenes les dejaban montar gratis cuando les contaban la locura de su aventura. A mí me dieron mucha envidia porque es una de las pocas cosas que no hice de joven: viajar "a la aventura" y creo que ahora ya nunca haré. Sí que hice viajes con amigos, pero con itinerario más o menos organizado, con dinero en los bolsillos y en coche, así que no tiene demasiado mérito.
La chica de Costa Rica aprendió a ponerse una bufanda "a la belga" para no pasar frío y las chicas belgas pudieron practicar idiomas porque entre nosotros acabamos hablando en inglés, francés y español según a quién nos dirijiéramos. Al final hasta se nos unió una pareja de protugueses que no hablaban mucho francés e inglés y no sabían bien qué pasaba.
Lo que pasaba era que había un problema en un túnel y no podíamos pasar, pero nunca supimos si fue un accidente o simplemente una avería. Pero la aventura no acabó ahí, cuando pensábamos que el tren ya continuaba hasta Bruselas, nos dijeron que la última parada era Malinas y había que cambiar de tren, el revisor nos dijo "la aventura continúa", ja ja ja. Llegaríamos a la vía 1 y había que ir a la 10 en 3 minutos!!! Así que bajamos del tren y empezamos a correr por la estación, mucha gente con maletas, claro. Fue todo un show, porque el tren iba bastante lleno, seguro que hubo gente que perdió ese tren y tuvo que coger el siguiente. Por supuesto nos pasaron a un tren de cercanías que tenía más paradas e iba más lento y era bastante cutre, encima iba llenísimo y la mitad de la gente iba de pie. De repente dos policías entraron a nuestro vagón y empezaron a mirar todas las maletas que había, preguntando de quién eran... no sé qué buscaban, pero al parecer no era en nuestro vagón y siguieron su camino.
Al final llegué a Bruselas casi a las diez de la noche, el pobre X. estaba casi dormido esperándome. Para un día que estábamos solos sin niños!!! Pero bueno, seguro que recuerdo mi pequeña aventura siempre que viaje en tren. Tengo que decir que no me gusta viajar en tren porque siempre tengo miedo de pasarme la parada o de equivocarme de tren, no sé porqué, nunca me ha pasado.
Por lo demás hemos pasado un buen fin de semana, los enanos están de vuelta y hemos aprovechado muy bien el tiempo. Ya queda poco para el lunes...