jueves, 17 de junio de 2010

Junio

Junio está pasando demasiado rápido este año. Por fin parece que el verano ha venido a instalarse, no hace demasiado calor (rondamos los 20-22 casi todos los días desde hace ya algunas semanas), pero es más que suficiente para Bruselas y además no está lloviendo mucho.
Por lo demás ya que todavía no tenemos exámenes, sólo controles regulares, aprovechamos el jardín, el parque, la bici o lo que se tercie, cualquier excusa es buena para estar en la calle y los enanos hasta están cogiendo colorcillo.
El verano ya está organizado después de que a causa de mi nuevo trabajo tuviera que buscar actividades para todo el tiempo que vamos a pasar en Bruselas, en el nuevo trabajo me respetan las vacaciones que tenía planeadas, así que este verano nos vamos primero a Turquía toda la familia y después yo sola con los niños a Bakio. Casi cuatro semanitas de vacaciones, todo un lujo. El resto del tiempo estará cubierto con campamentos de día y talleres varios: música para los dos, atletismo y dinosaurios para Oihan, cocina y tenis para Maite.
El trabajo va muy bien, buen ambiente, muy internacional, hay gente de todas partes!!! Para muestra: mexicanos, colombiano, españoles, israelíes, franceses, alemán, sueco, argelino, holandesa, marroquíes, neozelandesa, sudafricana, inglesa, polaca... y hasta algún belga ;-) (ni siquiera he citado todas las nacionalidades, eh?) El trabajo parece interesante aunque ahora me paso casi todo el día haciendo algo que llevan con retraso y que no es lo que más me gusta, pero bueno, en un par de semanas estaré al día y podré dedicarme más a la gestión de las traducciones que será mi actividad principal.
Al final el trayecto de casa a la oficina es más corto de lo que pensaba. Tardo casi una hora pero pasando por los coles de los niños, no creo que pueda reducir el tiempo ni haciendo una parte en bici, pero aprovecho el trayecto en metro para leer, pensar, hacer listas, dormir... No lo considero tiempo desaprovechado (por lo menos de momento).
Desde que he vuelto a trabajar he vuelto a organizarme y me da la impresión que a pesar de las horas que paso en el trabajo hago más cosas, el tiempo me cunde más, eso es indudable.
Además he aprovechado que paso bastante tiempo fuera de casa para hacer régimen. Este invierno trabajando al ladito de la cocina ha sido matador y había engordado. De momento he perdido los kilos que había engordado en invierno y sigo adelante, a ver hasta dónde llego.
El resto del mes de junio lo hemos ocupado con la fiesta del cole y su preparación, conciertos de mi coral, más cumpleaños, paseos en bici... Y sí, M. Ya anda en bici con dos ruedas!!! Ella solita, X. No se lo podía creer, y yo me lo perdí. Les dejé en el parque practicando y yo me fui al gimnasio y me llamaron para darme la buena noticia. En cuanto llegué M. se apresuró a hacerme una demostración, es genial sólo necesita ayuda para arrancar.
Lo único malo de este mes de junio es que con tanta cosa casi no tengo tiempo para los blogs, sigo leyendo, pero casi no comento y quiero escribir mil cosas, pero no saco tiempo, a ver si me pongo más en serio.
Y otra cosa genial de este mes es que gané el concurso de Françoise y hoy he recibido una maravillosa foto que adornará mi salón dentro de unos meses, cuando hagamos las obras para las que llevamos una eternidad esperando presupuestos.
Me habría gustado poner algunas fotos, pero tendrá que esperar...

martes, 1 de junio de 2010

El primero






Hoy cuando he ido a buscar a Oihan al cole no he tenido que mirar por todas partes para ver dónde estaba, no se ha escondido sino que ha venido corriendo hacia mí y ha abierto la boca para enseñarme que se le ha caído un diente. Al parecer se lo ha arrancado él, pero eso no se lo diremos al Ratoncito Pérez. Tenía el diente en un bolsillo, envuelto en una gasa. Yo cuando he visto que le faltaba un diente he sentido como si hubieran pasado diez años de golpe, como si mi niño hubiera crecido de repente, sin que yo me enterara.



Al llegar a casa ha querido enseñarle el hueco de la boca a su padre y ha ido a buscar una cajita de madera que teníamos preparada (es lo que tiene ser el último en empezar a perder los dientes de leche, lo tenemos todo anticipado) para poner su diente caído. Se ha dedicado a contemplarlo toda la tarde, sólo que se lo iba dejando por ahí y casi lo pierde.




Ahora vengo de hacer de mensajera del Ratoncito Pérez, que le ha dejado un cochecito de hot wheels de esos con retromotor, y he visto que ha seguido contemplando el diente porque la cajita estaba abierta encima de la cama. Menos mal que el diente estaba todavía dentro.




El tiempo pasa demasiado deprisa, Maite acaba de cumplir cuatro años y yo ya me acerco más a los 40 que a los 30.




En la foto el antológico pastel de fresa y nata del tío R. que todos quieren para su cumple. Por supuesto M. se lo encargo un mes antes. El papá le hizo uno de chocolate, su sabor favorito y yo, fui a comprarle uno de limón (noooooo, también le hice bizcochos de nutella, pero esos fueron para la fiesta del cole, no para la de casa).