

Mientras tanto X. estaba en Bruselas con los niños. Antes de las nueve de la mañana ya me llamó para decirme que se había dejado las llaves en casa. Normalmente esto no habría sido ningún problema porque su hermana tiene un juego de llaves de nuestra casa, pero casualmente la última vez que vino a casa se lo olvidó, así que X. Tuvo que llamar al cerrajero. Qué suerte que se nos había roto el grifo el fin de semana porque el fontanero (que iba a pasar a las 10) casualmente también era cerrajero. Así que mató dos pájaros de un tiro. Pero vamos, sólo a X y a mí nos pasan estas cosas.
Maite ya está mejor, pero ahora le toca el turno a Oihan que está con fiebre y con tos.
Ahora volvemos a la normalidad y a pesar de la visita de los canadienses sigo con las mismas dudas respecto a mi trabajo que antes. Bueno, tiempo al tiempo, todo se andará.
3 comentarios:
Creo que hace tpo q no pasaba por aqui...
Que bueno que hayas ido a Milan, aunque fuera "volando" algo aprovechaste de conocer.
Ojala los resfrios pasen pronto. Por aca tb tenemos un concierto de tos cada noche... ya pasara...
Un abrazo!
Jajaja, yo soy un verdadero caso con las llaves...imaginar si ya es un grave problema perder las de casa, pues como es perder las del trabajo, encima siendo la nueva...resulta que perdi las llaves de la taquilla con el uniforme y todo del trabajo, me volvi loca buscandolas, pero como murphy no para un momento vasto con dejar de buscarlas para que mi padre me las encontrara en el coche.
Que bueno que te diera tiempo a ver el Duomo! Pobre canadiense, perdido en el metro, lo tuvo que pasarm al pensando que no llegaba a coger el vuelo, jeje.
Lo de las toses debe ser una plaga, por aquí estamos igual. Miguel está constipadillo.
Besos
Publicar un comentario