sábado, 28 de febrero de 2009

Quedada de bloggers en Bruselas

Me apunto!!

Ramón ha organizado una quedada de bloggers hispanos en Bruselas el 14 de marzo. La cita es a las 20:00 delante de la chocolatería Neuhaus en la Galería de la Reina, y de allí al Delirium Tremens.

Ayer hicieron un "ensayo general" que al parecer salió muy bien. A ver qué tal dentro de dos semanas.

Mientras tanto toca viaje la semana que viene. Esta vez a...

viernes, 27 de febrero de 2009

Evolución

Cada vez aprecio más las cosas sencillas y la tranquilidad.
Antes necesitaba estar rodeada de mucha gente para estar feliz, me recuerdo desde muy pequeña diciendo que no tenía amigos. Nunca he tenido mil amigos, sino unos pocos, pero buenos, con los que podía contar siempre. Al final después de tanto tiempo me doy cuenta de que lo importante no es la cantidad sino la calidad. Ahora mi problema no es la cantidad, ya sé que los pocos amigos que tengo me bastan, sino la distancia, porque la mayoría están lejos.
Antes era incapaz de quedarme en casa y pasar un buen rato sola o acompañada de mi familia simplemente, tenía que salir cuanto antes para tener la sensación de disfrutar al máximo. Ahora me sorprendo a mí misma pensando que me gustaría quedarme en casa más a menudo, disfrutando de la buena compañía, charlando (cómo me gusta hablar), jugando a juegos de mesa... Aunque es cierto que aquí aprovechamos el más mínimo rayito de sol para salir y recargar las pilas.
No me importa lo que piensen los demás, cada vez es más difícil que las opiniones ajenas me molesten. Antes cualquier comentario me dolía, me estoy haciendo más fuerte. Sólo presto atención a las críticas constructivas de los que realmente me importan.
Será la que me estoy haciendo mayor? ;-)

miércoles, 25 de febrero de 2009

viernes, 20 de febrero de 2009

Adaptaciones

Yo me suelo adaptar a todo. Muchos de mis amigos españoles me miran raro cuando les digo que a veces como a las doce (como los belgas), que a veces como un bocata a la hora de comer, pero sobre todo cuando les digo que en casa, entre semana, cenamos sobre las seis, ahí sí se quedan alucinados. Pero claro, mis hijos se van a la cama a las siete y media y si queremos cenar todos juntos, pues hay que adaptarse. La pregunta más típica suele ser: y no tienes hambre desde las seis hasta la hora de acostarte? Y yo les contesto que generalmente no, y me siguen mirando con cara de incredulidad.
Se me ha ocurrido escribir esto porque mi madre me ha preguntado mil veces si en mi casa hace frío y yo le he contestado que sí. En nuestra nueva casa hay un par de habitaciones sin calefacción. Los anteriores proprietarios estimaban que no era necesario y de momento no es una prioridad para nosotros, así que vamos renovando poco a poco y eso tocará más tarde. Nos arreglamos con calefactor cuando realmente hace frío y enseguida se calienta la cosa. En las escaleras por ejemplo también hace más frío, es imposible calentar todo y eso es un lugar de paso. En el resto de la casa la temperatura es de unos 20°C, eso para mi madre es poquísimo, a ella le encantaría vivir en los trópicos y en su casa hay una media de 25°C. Al "frío" también me he acostumbrado. Aquí en invierno me visto generalemente con una camisa o un jersey y sí que uso bufanda casi siempre, pero con esa misma temperatura hace unos años me habría puesto mil capas de ropa, es cuestión de costumbre.
Una cosa a la que me costó adaptarme fue a la falta de persianas, eso de dormir con la luz del día no acababa de convencerme. Todavía recuerdo mi primer viaje a Inglaterra y como a eso de las seis de la mañana me despertaba sin falta por la luz. Al final, aquí, he comprado cortinas más gruesas y duermo perfectamente.
Hay un refrán antiguo que me encanta "donde fueres haz lo que vieres". Me parece que es una de las mejores cosas para adaptarse, no sólamente a un país, sino a un grupo de gente o a una situación concreta. Si haces lo mismo que los demás te será más fácil integrarte. Hombre, tampoco digo que tengamos que ser borregos y hacer todos lo mismo, peroa mí me ayuda para adaptarme a las situaciones.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Ya llegan

Sólo faltan un par de días. El sábado llegan aitite y mumi (mis padres) a visitarnos. Hace más de un año y medio que no vienen a vernos, por lo tanto no conocen esta casa y no han visto a los niños en su ambiente natural desde hace mucho. A ver si los peques se portan bien y deja de hacer tan mal tiempo para que puedan por lo menos salir a pasear de vez en cuando.
Por aquí siguen las preocupaciones respecto al trabajo, cada vez mayores, creo que voy a ponerme a buscar otra cosa poco poco, pero me costará encontrar algo con las mismas condiciones que aquí. Mais, c'est la vie!!! Muchas veces los cambios son para mejor.

viernes, 13 de febrero de 2009

Cinco años

Cinco años llevo en mi trabajo actual y cinco años llevo oyendo que puede que nos mudemos, que puede que se cierre la oficina de Bruselas (que ahora mismo soy yo y nadie más que yo). En todo este tiempo no había pasado nada, pero la noticia llegó. En noviembre de este año dejamos esta oficina. Hasta entonces no tengo que preocuparme (o eso dicen), después puede que tampoco porque quieren dejar algún tipo de presencia en Bruselas, pero todo depende si encontramos oficinas adecuadas (ahora tenemos 150 m² para mí y un director que pasa cuatro días al mes aquí. Viva la optimización de recursos!!!) a un precio razonable. Así que ando buscando business centers en Bruselas y esperando encontrar la oficina perfecta para poder conservar mi empleo por mucho tiempo. Me gusta mi trabajo y me da toda la flexibilidad que necesito ahora con dos hijos pequeños, tiene sus pegas como el trabajar sola con gente al otro lado del mundo con mentalidades diferentes que se piensan que los europeos somos bichos raros, pero en el fondo me gusta y sobre todo no quiero dejarlo porque la oficina vaya a cerrar. Ya he tenido que dejar un trabajo que me gustaba en otra ocasión por motivos económicos y no me gustaría que la situación volviera a repetirse.
Mientras tanto sigo aquí, espero que si alguna vez me voy sea porque lo he decidido yo, no la crisis económica.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Nuestra querida niña


Yo quería tener una hija, una niña, me hacía muchísima ilusión y no sé muy bien porqué.
El problema de los nombres se volvió a presentar porque supimos que era una niña pronto y claro, no íbamos a llamarla Oihana. Así que volvimos a sacar todos los nombres que nos habían gustado durante el embarazo de O.: Inés, Ema... y pronto decidimos que sería un nombre en euskera de nuevo, ya puestos todos tendríamos nombres en euskera, esa sería nuestra seña de identidad. Así que salió mi segundo nombre preferido: Nahia, que significa "deseo, voluntad" y como teníamos muchas ganas de tener una niña me parecía muy apropiado. Ahí vinieron las pegas. X. decía que le parecía demasiado parecido a Ainhoa y Oihan, que le iba a parecer que vivía con tres anagramas. Luego vino mi hermana diciendo que si ella tenía una hija había pensado llamarla "Maya" y que "Nahia" era demasiado parecido. El comentario de mi hermana no me preocupaba demasiado porque ella ni siquiera pensaba tener hijos en un futuro cercano y a lo mejor llegado el momento ni se acordaba de su Mayita. El que si me importaba era el del papá, él tenía que estar de acuerdo. Así que le propuse mandarle listas de nombres en euskera y que él eligiera el nombre, mi única condición era que a mí también me gustara. Un día me vino con un nombre que no aparecía en mis listas, un nombre que todo el mundo conoce, pero que en la actualidad no se usa mucho para niñas: Maite. X. sabía que el nombre tenía que ver algo con amor porque "maite zaitut" (te quiero) es una de las pocas cosas que sabe decir en euskera. Cuando le dije que Maite significa "amada", el nombre le gustó todavía más. Y así nos decidimos.
Maite es un nombre conocido en francés también y aquí, en Bélgica, hay bastantes flamencas que se llaman así, pero tampoco es un nombre muy común. Hace poco coincidimos con una cajera llamada Maite en el súpermercado y les regaló a los niños unas marionetas "por ser mi tocaya". El problema de nuevo viene a la hora de escribirlo porque aquí casi todo el mundo lo escribe "Maïté", pero bueno, suele bastar con repetir un par de veces que se ecribe sin diéresis ni acento. Otro problemilla es que en Francia hay una cocinera llamada Maïté que ha hecho anuncios en la tele y tiene una forma de hablar peculiar, con acento del sur y claro, en cuanto dices "Maite" todo el mundo piensa en la cocinera y se pone a imitarla.
Bueno, ahora ya sabéis cómo elegimos los nombres de mis dos peques, le dimos muchas vueltas pero quedamos contentos con el resultado. Espero que a ellos cuando crezcan también les gusten sus nombres.

¿Cómo se dice bosque en euskera?


Esa fue la pregunta de O. ayer y cuando le respondí "Oihan", me dijo, "Yo no quiero llamarme bosque".
La verdad es que no sé de dónde se saco la pregunta porque el euskera nunca le ha interesado a pesar de que cuando era pequeño le leía cuentos y le cantaba canciones en ese idioma. Hasta le lleve a unos grupos para niños en los que los hijos de vascos que viven en Bélgica pueden practicar o aprender (dependiendo del nivel) euskera. Parecía que hasta le molestaba que además de castellano, a veces la gente le dijera cosas en euskera, algo así como "¿otro idioma más que aprender?". Así que desistí, pero cuando tengo la ocasión le enseño palabras, le canto alguna cancióny espero que algún día se interese él mismo y le pueda enseñar ese idioma tan bonito que hasta a mí misma se me está olvidando.
Pero no quería escribir sobre el euskera sino sobre los nombres. Es un tema que desde siempre me ha apasionado. Me encanta saber cómo se llama todo el mundo, pregunto por los nombres de los hermanos, padres y demás familiares a todos para descubrir nombres originales, de pequeña me leía el santoral en los calendarios, tenía libros sobre el origen de los nombres... Y por supuesto tenía nombres elegidos para mis hijos, pero claro, un hijo es de dos y creo que el nombre se debe elegir también de común acuerdo.
El nombre de niña que tenía elegido era "Oihana" que me encantaba y además presenta una particularidad: las letras de "Oihana" son exactamente las mismas que las de "Ainhoa" cambiadas de orden y a mí eso me parecía genial. Así que decidido, si teníamos una niña se llamaría "Oihana". Este nombre cumplía todos nuestros requisitos: no era muy largo, no se podía acortar, iba bien en los dos idiomas y no era súper común (aunque si que hay bastante Oihanas, sobre todo en Gipuzkoa). Lo malo fue que en primer lugar tuvimos un hijo y en los nombres de chico era imposible ponernos de acuerdo. A X. le gustaban los nombres bretones (Loïc, Yannick...), que a mí también me gustan, pero me parecen demasiado exóticos para España, y todos los nombres en euskera que proponía tenían alguna pega, o tenían "r" lo que distorsionaba su verdadera pronunciación aquí, o se prestaban demasiado al chiste.
Yo sabía el sexo del bebé que iba a nacer, pero X. quería llevarse una sorpresa y estaba convencido de que sería chica porque yo no insistía demasiado con los nombres de niño. Así llegamos a unas semanas antes del parto y X. se enteró por un descuido mío que íbamos a tener un hijo y le entró el estrés porque no tenía nombre. Una amiga (que por cierto se llama Oihana) propuso que si tanto nos gustaba "Oihana" podíamos ponerle la versión masculina; "Oihan", que además es mucho menos común. Y nos decidimos. Así fue como O. acabó llamándose Oihan, un poco de rebote, pero estoy contentísima del nombre, significa selva o bosque en euskera y por lo tanto sería el equivamente de Silvio, Sylvain.
Aquí va muy bien, la gente lo confunde a veces con Johan y todas sus variantes gráficas (Juan en neerlandés), pero en cuanto lo repites un par de veces no hay ningún problema. Y cuando vamos a visitar a mi familia no suele encontrarse con muchos niños que se llamen así. Yo odiaba que hubiera cuatro Ainhoas en mi clase y que cuando dijeran mi nombre casi nunca fuera por mí, sino por otra niña que se llamaba como yo.
Mañana Maite...

jueves, 5 de febrero de 2009

Vuelve a tu país

Ayer fui a buscar a los niños al colegio en coche. Aparqué cerca de la puerta, rápido sin fijarme demasiado. Al bajar con los niños, de lejos, en medio de la calle vi un coche y escuché un bocinazo, me di prisa, pensando que igual había aparcado mal el coche. Al acercarme vi que la rueda de mi coche tocaba un poco una de las rayas amarillas marcadas en la acera y un coche que quería entrar en un garaje no podía porque no había espacio para hacer la maniobra. Más que por mi coche era por culpa de un 4X4 enorme aparcado justo en el otro lado la calle. Al ser una calle estrecha de sentido único no hay demasiado sitio para hacer maniobras.
En cuanto llegué, pedí disculpas al conductor y me di prisa en atar a los niños en sus asientos...
De repente oigo al señor que dice "Siempre son los mismos". Me iba a dar la vuelta para decirle "Lo siento, creo que se confunde, yo nunca aparco aquí" (entre otras cosas porque casi siempre voy andando), pero entonces oí "Vuelve a tu país". Ahí entendí.
Yo estaba hablando en español a los niños y claro, captó que era extranjera. Me había ido a topar con un xenófobo, lo que me faltaba!!! Así que me di la vuelta y le dije "Perdone, qué acaba de decir?" y ahí se le vio con cara de vergüenza (o eso me pareció) y me dijo "Nada, a ver si sales y dejas el sitio libre".
No me apetecía ponerme a discutir en ese momento, pero me dieron ganas de decirle que yo también consideraba este país como mío, pero no gracias a personas como él.
En el camino al supermercado me encontré con muchas personas, de muchas nacionalidades diferentes que me sonreían cuando les dejaba pasar. Ufff!!! Todavía queda gente agradecida y no amargada por el mundo. Entiendo que puedas tener un mal día y estar de mal humor, pero me parece increíble que todavía haya gente que pueda pensar así. Para colmo en Bruselas donde hay tanta gente de sitios tan diferentes, precisamente es una de las cosas que me gustan de la ciudad. El caso es que me quedó un sabor amargo y aquel hombre consiguió, por desgracia, contagiarme su mal humor.

lunes, 2 de febrero de 2009

Hace 10 años

Hace 10 años estaba yo por estas tierras por primera vez.
Me habían concedido una beca para hacer unas prácticas en Bruselas durante 6 semanas. Era mi último año de carrera y yo tenía muchas ganas de venir porque pensaba que las prácticas iban a ayudarme mucho en el futuro y además me apetecía conocer la ciudad. Llegué el 2 de enero, vine en el primer avión de la mañana y ese día lo dediqué a pasear por la ciudad que me gustó desde el principio.
Unos compañeros de clase me dijeron que conocían a un chico que tenía una habitación libre en su kot (kot es el nombre que reciben los pisos o casas de estudiantes en Bélgica)y como no es fácil encontrar alojamiento por aquí, no me lo pensé dos veces.
Mi compañero de piso era X., él también estaba de prácticas y estudiaba lo mismo que yo, último año también. Nos hicimos amigos, durante la semana hablábamos durante horas en su habitación, íbamos al cine por lo menos una vez a la semana, salíamos a pasear por algún parque. Los fines de semana él volvía a casa de su madre, y yo me dedicaba a hacer turismo por Bélgica y alrededores, sola o con cualquiera que quisiera venirse conmigo.Estuve en Brujas, Amberes, Gante, Colonia, Amsterdam y seguro que algún otro sitio que ahora no recuerdo. Un fin de semana X. se quedó en Bruselas y justo nevó, algo bastante "exótico" para mí por aquel entonces, así que nos fuimos al parque de la Woluwe a tirarnos bolas de nieve.
Las seis semanas pasaron muy rápido y volví a Salamanca y X. se quedó en Bruselas. Poco después hizo un viaje a España para buscar información para su tesina y desde el barco que iba de Málaga a Melilla me escribió una carta, de las de antes, en la que me decía que "pensaba" que me quería, que en cuanto acabára el curso y los exámenes vendría a verme. Y así fue, un 26 de junio se plantó en mi ciudad, vino en autobús y allí estaba yo a las seis de la mañana esperándole con cara de cansada, sin saber muy bien qué hacer, darle un beso de amigo o algo más? Durante cuatro meses nos habíamos enviado miles de e-mails y habíamos hablado por teléfono cientos de veces, pero yo con la distancia de por medio no tenía muy clara la cosa. Al final, cuando volvió a Bélgica ya podíamos decir que estábamos juntos. Durante más de un año seguimos la relación a distancia viajando para vernos siempre que el trabajo y los ahorros nos lo permitían. Al final en el verano del 2000 vine a Bruselas de vacaciones, encontré otro trabajo y me quedé aquí...y aquí sigo.
Dónde estaré dentro de diez años?