lunes, 25 de agosto de 2008

Amama

Yo sabía que nos esperaría, pero no pensaba, después de verla este mes, que fuera a ser tan rápido. Para estas cosas, uno no está nunca preparado.
Mi abuela llevaba muchos meses enferma. En marzo tuve que ir corriendo a Bilbao pensando que sería la última vez que la vería, pero ella era muy fuerte y luchó contra una terrible enfermedad de la que ni siquiera era consciente. Todos los días durante muchos meses se preguntaba cuándo se le pasaría el cansancio y podría salir de casa de una vez o viajar con sus amigas... Al final, la última semana de nuestra estancia dejó de preguntar y pidió que la lleváramos a la clínica y ahí me di cuenta de que la hora había llegado.
Yo siempre he vivido con mis abuelos y para mí mi amama era como una madre y de hecho la solía llamar "ama" muy a menudo. Era ella la que me iba a buscar al autobús del colegio y la que me ayudaba a hacer los deberes. E incluso dormí con ella en la misma habitación durante muchos años.
Primero de pequeña. Según me han contado "eché" a mi abuelo de su habitación porque no quería dormir sola. Así que yo dormía con mi abuela hasta los cinco años en que nos cambiamos de casa y mi abuelo pudo recuperar su lugar.
Después cuando me fui a estudiar en otra ciudad, cuando volvía algunos fines de semana y en vacaciones me instalaba en la habitación de mi abuela que era más grande que la de mi hermana. Recuerdo que cuando volvía de fiesta, por ejemplo, mi abuela siempre se despertaba y pasábamos una horita hablando en la cama como si fuera una amiga más.
Desde que vivo en Bélgica he hablado con ella casi a diario porque podía estar casi segura de que, si llamaba a mi casa, ella estaría allí. Siempre me preguntaba por el tiempo y siempre sabía qué tiempo hacía en Bruselas porque se fijaba en el Telediario o lo miraba en el periódico.
No tenía muy buena memoria, pero me encantaban las pocas historias que me contaba de cuando ella era pequeña o todo lo que había tenido que hacer con mi abuelo para salir adelante.
Estuvo conmigo esperando a que naciera Oihan, aunque al final acabó harta de la espera y me preguntaba cuándo iba a nacer ya, como si yo pudiera decidir. Ahí decidió que definitivamente no le gustaba Bélgica: "Las cosas no son como allí" y que no volvería más.
Era una abuela viajera que se apuntaba a todos los viajes del IMSERSO y para viajar se le olvidaban todos los males.
Tuvo una vida muy buena y vivió hasta conocer a sus biznietos.
Todos nos despedimos de ella en la clínica y cuando yo le di un beso, abrió los ojos y tuve la impresión de que ella también se despedía con la mirada.


Agur amama. Ondo lo egin. Bihar arte Jaungoikoak gure badau*

*Es lo que me solía decir por la noche cuando era pequeña, a la hora de irme a dormir: "Que duermas bien. Hasta mañana si Dios quiere"

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo siento tanto!!!! Un abrazo fuerte.
Mi abuela (Toña) ha sido de las mujeres más importantes en mi vida. Murió hace ya 4 años y aún la extraño y de vez en cuando se me escapan un par de lagrimas. Quiero que pienses en la bendición que ha sido para ti tener una mujer como ella en tu vida. Para mi lo fue, y es mi consuelo.
Un abrazo

Anónimo dijo...

No sé que decir... te acompaño en el sentimiento, para estas cosas nunca se está suficientemente preparado.

Un abrazo.

Edurne dijo...

Ayyyyy!
Acabo de leerte con el alma "encogía".
Ene doluminak, Ainhoa, bihotzez, bene-benetan!

Yo fuí nieta hasta los 41 en que murió mi última amama con 95, lúcida del todo, en dos días, una pancreatitis se la llevó y nos quedamos todos así...
Pero para mí, el impacto, y la ruptura, la desolación fue con mi aitite Xalba.
Él murió conmigo... yo le hablaba y le hablaba (en Euskara), y aunque no podía hablar, creo que entendía y sabía odo lo que ocurría.. tanto es así, que me apretó la mano y me soltó un BAI de ultratumba que me dejó helada y... se fue, agur! Me quedé que no podía ni moverme, mi aita, que estaba conmigo también fue testigo de aquello. Parece como de película, pero fue así...
Recuerdo a aitite todos los días, él fue quien me enseñó Euskera de pequeña y a escondidas... y yo fuí la primera de sus nietos, la primera también en recuperar su/nuestra lengua... estaba tan orgulloso! Y yo de él! Ikusten? Negarrez hasi naz!

Y es que imagino que la unión que tenías con tu amama era de ésas, de las que no las corta nada ni nadie!
Goian bego! Eta besarkada haundi bat!
Muxuak, Ainhoa!

EmPapeLada dijo...

Wow, realmente me conmueven estas historias de abuelitos/as que fueron importantes en la vida de cada uno...a mí me da mucha pena, porque no puedo decir lo mismo, que a mi abuelo paterno nunca le conocí personalmente, mi abuelo materno falleció cuando tenía 10 años, y lo conocí sólo una vez, cuando yo tenía 3...así que sólo quedan en memoria recuerdos muy vagos...

Qué lindo que hayas podido compartir momentos tan especiales con tu amama, y que hayas podido conversar con ella como si fuera tu amiga, eso quizá me pareció muy rescatable...

U_U

Saludos Ainhoa, y un abrazo fuertísimo a la distancia. Tu amama, desde donde quiera que esté, te seguirá brindando su amor...

London dijo...

Lo siento Ainhoa, se por experiencia que es muy duro y que nada de lo que te digamos te podra consolar. Besos y animo